18 de noviembre de 2010

good day sunshine

En el sillón de mi nueva casa, tomando sola un mate lavado y conversando con un español que no es catalán, hablamos sobre América Latina y nuestras enormes potencialidades para impulsarnos en este mundo. "Ayer se murió el cabrón de Massera", me dice. sí, ya lo sé, ya festejé, pero cabrón le queda chico.

Acá, decir "me cago en tus muertos" es el peor insulto que se le puede decir a una persona. ¿cómo te vas a cagar en la familia muerta? es terrible desde donde lo mires. Este cabrón se cagó en los muertos de un país entero y se murió con los honores de la vida libre y ordinaria.

Sin querer hablar sobre la dictadura, que mucho hay para decir y mucho ya fue dicho de mejor manera, sólo quería reflexionar sobre la moral y la gracia de la inteligencia. Que menos mal que hay tanta gente de este lado, crispada. Tantas luces prendidas para dejar en evidencia las peores miserias de los grupos de poder.

Desde acá, me dio verguenza cómo trataron el tema los diarios argentinos, qué decir de La Nación, de Clarín y ahí donde yo trabajo, el inombrable. Patético. Pero mierda, el patetismo es aceptable al lado de la perversidad de una editorial como esta

http://goo.gl/kMIhE . Shame on you, dicen los gringos. verguenza debería darte, hijo de puta.

Si bien lo potencia, todavía no me alcanza para convencerme de que la batalla se tiene que dar desde la trinchera de un teclado. Que somos un puñado de peones intentando convencer a un desinteresado gigante, a un irresponsable social, a un poder. ¿vale la pena embarrarse, enfermarse, ceder vida para librar la batalla que todos los días se pierde?