Desde los ’80 y’90 que no ocurre algo así. Sólo lo había conseguido Soda Stereo. Tal vez podemos agregar a Los Fabulosos Cadillacs, pero en menor medida. Después, un poquito más acá en el tiempo, los inmensos Café Tacuba se acercaron bastante pero siempre como una banda alternativa.
Entonces sí, me convenzo a mí misma, desde Soda Stereo que no hay una banda latinoamericana. Que recorra punta a punta nuestro continente y que sea igual de celebrado por cada uno de los países de habla hispana, tan distintos entre sí, tan castigados de igual manera.
Pero la historia nos sorprende, hoy, décadas después, los dos puertorriqueños irreverentes de Calle 13 están conquistando la latinidad a fuerza de viajes constantes, recitales en los lugares más remotos –como General Roca- y una traslación de esos sonidos que encontraron en su camino en cada uno de sus discos.
Sin embargo, no sólo es la popularidad. Calle 13 está logrando lo que nadie más pudo realizar: representar y plasmar una situación social en toda América Latina, un sentimiento político de las nuevas generaciones que acompañan a estos impulsos de cambio, a estos proyectos presidenciales, a esta nueva izquierda.