24 de abril de 2013

Marcelo Guagliardo: "Hay que defender el poder político que ATEN está perdiendo"

¿Cree que ATEN puede perder peso ante el Gobierno con esta fractura interna en caso de negociación?
Eso puede pasar. Apuesto a que no porque todavía hay una gran reserva en ATEN. Creo que esto que nos está pasando puede resolverse aún con los mismos actores, porque dentro de la conducción hay gente que sabe cómo resolverlo. Si los compañeros pueden hacer una mínima autocrítica estamos en condiciones de salvar ese capital político construido en los últimos 30 años de ATEN. Que en su vida sindical siempre tuvo un peso muy fuerte en la vida política de Neuquén y creo que eso es lo que está en juego ahora y debe defenderse.

¿Cuándo fue el momento en que se generó esa fractura tan clara dentro del gremio?
Creo que se generó a nivel nacional y que nos pegó a nivel local. Y creo que fue cuando se fraccionó la CTA. Cuando se divide al núcleo fuerte que le había dado vida, sostenido y hecho grande a la CTA en momentos en que la CGT intentó captar la atención de los trabajadores. Cuando esos dos bloques se separan, por estar más cerca o más lejos del kirchnerismo, se da una fractura que tuvo su onda expansiva que se trasladó a Neuquén.

Cuando era secretario general de ATEN provincia tenía en la oposición a Gustavo Aguirre pero confluían en algunas situaciones. ¿Por qué no ocurre lo mismo en las conducciones actuales?
Habría que preguntárselo a ellos. Nosotros como espacio azul-blanca entendíamos, a partir de 2007, que ATEN había asumido un nuevo compromiso social y que era construir la mayor fuerza posible para poder derrotar la impunidad. Eso nos obligaba a hacer los más grandes esfuerzos para seguir manteniendo a ATEN en esa unidad que garantizara lo otro. No nos podíamos dar el lujo que por diferencias circunstanciales generen una fractura que nos debilitase y que nos restara potencia política en la otra cuestión. Evidentemente los compañeros de la gestión actual dieron señas muy claras de que no era su prioridad, por cuestiones de otra potencia política. Se generaron fracturas y debilitaron el reclamo principal. De hecho creo que está a la vista, porque el reclamo de justicia –que nos pasa por arriba porque la gente que sale a la calle el 4 de abril no sale ante otras convocatorias-, es lo que nos está salvando.

¿El paso del tiempo desde el asesinato de Fuentealba es el que debilita la unión?
No, haberlo puesto en otro lugar. Cuando deja de ser la prioridad empiezan a pasar estas cosas. Nosotros apostábamos a tener una salida común con los compañeros que teníamos diferencias porque en realidad, además de hacer el esfuerzo por la unidad, terminaban definiendo las asambleas.

¿Cómo se resuelve esto?
El problema no se resuelve cercenando espacios de participación. Si es verdad que la gente no va a las asambleas, no hay que sacarlas, hay que reforzarlas. Porque la conducción que está llegó ahí porque se comprometió a hacer asambleas por escuelas y todavía no se hicieron. Si uno cuestiona lo que pasa tiene que pensar cómo resolverlo pero nunca anularlos, sino fortalecer la participación.
ATEN espera a mitad de año para comenzar las negociaciones salariales con el Gobierno. Los docentes siempre fueron una gran espalda para los demás gremios a la hora de salir a reclamar. ¿La inacción del sindicato puede perjudicar la lucha de los demás?
Yo no lo pondría tanta responsabilidad a ATEN aunque es verdad que no tienen tanto peso político. Me da la impresión que si nosotros seguimos estando en esta suerte de freno que nos autoponemos, no solamente vamos a complicar a los otros sino a nosotros mismos. Y también hay que discutir si los otros gremios no tienen tanta fuerza, eso es relativo.
La dirigencia sindical de todo el espectro estatal tiene que hacer una autocrítica. Si ATEN está complicado, también deberían ver los demás cómo colaboran, porque todos luchamos por lo mismo. Al final todo sale de la misma torta.

Fragmento de la entrevista que hice en abril de 2012 al ex secretario general del gremio docente neuquino, el sindicato más poderoso de la provincia. Para leerla entera, click acá.

22 de abril de 2013

Añelo vive su segundo boom petrolero

Añelo > A 100 kilómetros de la capital se está gestando un nuevo boom. Añelo se prepara para recibir el impacto de la explotación de shale oil y shale gas de Vaca Muerta. Esperan la radicación de 56 empresas, la creación de nuevos hoteles, la instalación de más comercios y la llegada de trabajadores de todas partes del país. La expectativa está latente en cada habitante.
Los anuncios no paran de llegar al pueblo. El gobierno nacional adelantó que YPF, asociada al grupo Bridas y a Chevron, invertirá más de 2.000 millones de dólares en la perforación de los 663 kilómetros cuadrados de las áreas de Bajada de Añelo y Bandurria. Se harán unos 130 pozos. Añelo es la localidad más cercana y es la que recibirá el impacto del movimiento productivo.
En el último aniversario del pueblo, el gobernador Jorge Sapag habló de hacer una multritrocha desde Centenario hasta Añelo; también prometió un hospital.
La expectativa la notan los vecinos. Llega gente todos los días en busca de trabajo. Llaman desde otras provincias y a veces hasta acampan afuera de las bases de las petroleras para conseguir algún puesto. Ya no hay más viviendas disponibles. Los comercios se agrandan para recibir la nueva oferta. Las conversaciones giran en torno a cómo va a cambiar el pueblo.
"Nosotros estimamos que en 2015 tendremos 12 mil habitantes", señaló Fernando Banderet, secretario de Gobierno del municipio. Hoy son alrededor de 4.500 personas.

Economía
Mientras aguarda el nuevo boom petrolero, Añelo ya recibe varias inversiones. Fuera de su ejido municipal hay cientos de hectáreas que fueron puestas en producción con alfalfa, olivos y vides. La localidad tiene un pequeño Parque Industrial instalado en 1993 sobre la Ruta 17, que no cumplió sus objetivos, y que la Municipalidad piensa en convertir en un corredor de servicios. Los proyectos recién empiezan.
Frente a la plaza central del pueblo, en la última oficina del municipio, el secretario de gobierno despliega el mapa del ejido municipal. "Acá están los 180 lotes que entregaremos pronto y en toda esta área arriba de la barda se planifica la urbanización de Añelo", y señala el eje al noreste de la intersección de la Ruta 7  con la 17.
Del otro lado de la Ruta 7, también sobre la barda, están las 90 hectáreas del nuevo Parque Industrial que ya están adjudicadas en un 90%. Son 56 empresas las que se instalarán allí a partir de que el municipio abra las calles para separar los terrenos. Por las lluvias, no pudieron comenzar con los trabajos la semana pasada.
De esas, es Schlumberger la que más invertirá. Se prevé que la instalación de su base de 14 hectáreas le demande unos 17 millones de pesos. "Allí tendrían al menos 100 camiones", dijo Banderet. Le sigue Gabino Correa con más de 10 hectáreas y más de 10 millones de pesos en inversión. La única empresa que ya comenzó a instalarse es Crexell Transportes.
La Municipalidad les exigió un plan de inversiones a las empresas que fueron adjudicadas. Si en dos años no cumplen los trabajos previstos ahí, no podrán acceder a la compra de los terrenos y, mientras transcurre ese período, tampoco se les permite alquilarlo. Si las inversiones superan los 5 millones de pesos, el lote es gratis.

Hoteles
Detrás del petróleo, también comienzan a desarrollarse nuevos servicios. Debajo de la barda, donde se juntan las dos rutas, está el polo hotelero. En una esquina están comenzando las bases de un restaurante y un hotel, el mismo que está en Rincón de los Sauces; del otro lado está el proyecto de una cadena de alojamientos.
Sobre el sur de la 17, Arturo Arribere trabaja en el acceso de su hotel Sol de Añelo. Tiene 54 plazas y dentro de seis meses tendrá 80. Está lleno todo el año, principalmente por las empresas petroleras. "Cuando lo compré hace 7 años era un galpón con un restaurante. Se amplió de acuerdo a la demanda. Añelo es un lugar que tiene expectativa", dijo desde arriba de una máquina.
Arribere apuesta a la localidad con una inversión que considera segura pero es cauteloso. "Se habla mucho pero todavía no hay nada, hay que esperar que comience la producción", agrega. Como está ampliando y haciendo una remodelación vistosa, relata que todos los días se acercan hombres a pedir trabajo. "Hoy vino gente de Las Ovejas; ayer de Ushuaia. Se enteran por los medios y vienen ante la posibilidad de conseguir algún puesto. Todos los días llega gente nueva", comentó.

Golondrinas
Edgardo Vega atiende el mercado más céntrico de Añelo. Es el secretario de la Cámara de Comercio local. Mientras pesa la verdura en la línea de caja comenta que la gente está esperando el boom. "Hay más movimiento pero todavía no pasa, eso de lo que todos hablan", cuenta. En la línea de caja la gente asiente.
Vega agrandó el mercado el doble de lo que era, lo pintó de verde y renovó el surtido. Dice que lo hizo ante la expectativa de recibir a "la gente". Muchos otros comerciantes lo hicieron: se prevé instalar una nueva estación de servicio y la llegada de más restaurantes y casas de comidas, entre otros rubros. "No nos quedamos, nos estamos preparando para atender a la gente", confirma Vega.
Sin embargo, los vecinos reclaman infraestructura para poder hacerlo: un jardín de infantes, un hospital, una comisaría nueva. Las tres cosas no parecen realizables al corto plazo.
En relación a los futuros trabajadores que llegan y las actividades paralelas que se generan con la vida petrolera, desde el municipio señalaron que impulsarán en marzo una ordenanza para prohibir los prostíbulos. "Gendarmería y Migraciones están trabajando para investigar cómo son las redes de la actividad en el pueblo", dijo Banderet.
A simple vista, a la vera de la ruta hay varias whiskerias, relacionadas con la prostitución. El director del Centro de Salud, Rubén Bautista, señaló que es una actividad que está evolucionando "de manera exponencial", tal como la violencia, la ingesta de alcohol y de drogas.


La nota entera más los recuadros fueron publicados en La MAñana de Neuquén el 27 de enero de 2013. Se puede ver acá.

9 de abril de 2013

Pepsi Music 2013: barro tal vez


Día 2

22.34 del miércoles 3 de abril. Eddie Vedder salió con una botella de vino en la mano y un papel blanco en la otra al escenario principal de El Festival, ese estafador Pepsi Music. Comienzaba a sonar los primeros acordes de Release. Había una cantidad de gente impresionante. No sé, tal vez 60 mil personas. Se escuchaba fuerte, se veía alucinante desde todos los puntos del predio de Costanera Sur, en Capital Federal. Lo que estaba por comenzar iba a ser épico.

La voz desgarradora de esa canción final de Ten fue un preludio. El clima de su voz, el de la humedad, el del barro hasta las rodillas, los árboles atrás, las nubes enormes de la lluvia que había pasado, el grito al padre, las manos hacia el cielo, las cuatro pantallas inmensas en blanco y negro. Ellos, Pearl Jam.

Debe ser jodido crecer acá. La adolescencia y la juventud tienen que estar llena de dificultad y dolor. Debe ser eso, sino no entiendo por qué tanta gente grita desde las tripas “release me”, con el torzo inclinado hacia atrás y la garganta al cielo. La voz sale desde el centro del cuerpo. Y lo digo porque el grunge es dolor, es amargura, es el exorcismo de la crisis de los ’90. Y acá, en 2013, nosotros lo abrazamos, lo abanderamos, lo gritamos. No encuentro otra explicación.

Casi 30 temas tocaron. Más de dos horas y media. Eddie habló, cantó y alabó en castellano. Por supuesto, como era de esperarse, las inundaciones. “Estos momentos de dolor los tienen que superar, de eso se trata madurar. Espero volver a verlos cuando esto no sea más que un mal recuerdo y que todos sus hermanos y hermanas estén bien”, algo así, fue lo que más o menos dijo. Más dolor.

Su voz está cada vez mejor. Pearl Jam hay que verla en vivo. Son prolijos, son prolíferos, suenan fuerte e intenso. Hay que vivir, aunque sea una vez, el momento en que empieza Betterman y todos cantan por él; o gritar “I’m still alive” con la furia positiva en la que se transformó esa canción durante estos 20 años; saltar con los Ramones en el pecho ese “I believe in miracles”; poguear con “Do the evolution”. Hay que vivirlo porque la percepción cambia. Todo eso cobra sentido cuando se está ahí, a ellos les creemos.

“Esto empezó como algo chiquito, nunca pensamos que íbamos a estar acá, delante de tanta gente. No saben cuánto significa. No saben, de verdad, cuánto significa para nosotros”, dijo Eddie. Es imposible no creerle, el tipo hace lo que siente y se genera una hermandad extraña entre todos los que estábamos ahí ante él.

El papel blanco, ¿lo recuerdan? Sí señores, el papel blanco con el que entró Eddie al escenario era la traducción que necesitaba para cantar "It's OK" de Dead Moon en español. Nos la enseñó y la cantamos todos juntos. “Esta noche ustedes cantaron mejor que yo”, dijo al final. Sí, dale.



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Antes de Pearl Jam –porque esta es una crónica cronológicamente inversa- estuvieron en el escenario principal The Black Keys. Supongo que todos acá saben quiénes son, pero por las dudas les cuento que son un dúo de blues-rock de garaje. Dan Auerbach y Patrick Carney vinieron con acompañantes: bajo y una segunda guitarra-teclados. Suenan tremendo.

La voz de Dan es potente y cruda. La batería de Patrick es hipnotizante. The Black Keys, líderes del clima, te llevan arriba y te bajan como quieren, su movimiento sonoro es muy intimista, estábamos rodeados de miles de personas pero no sé, para mí que tocaban sólo para mí. Eso me generó. Son oscuros, sucios, tienen una discografía prolífera, saben armar una lista de temas, qué lindo sería verlos en un lugar pequeño. Todo eso.

Lonely Boy, Next Girl, Your Touch, Psychotic Girl. El pibe le da a la guitarra sin perdón, canta y se retuerce sobre el micrófono, el otro le da duro a la batería, los platillos tiemblan. Parlantes en nuestros corazones.



The Hives, “¿están preparidos?” (sic). No sé si uno escucharía el último disco en el auto pero sí hay que ir a ver un show de los suecos. Howlin Pelle es el cantante desquiciado que grita, habla atravesadísimo, te saca carcajadas geniales y se tira de un lado al otro del escenario. Intenta dialogar con el público en un castellano bastante certero -a veces- y con una cuota de mucho bolacerismo encima. Es imposible no reírse, saltar y hacerle caso a todo lo que te pida. Salvo, claro, cuando intentó que el público haga una coreografía sentándose en el barro de Costanera Sur. “Nooooo”, dijo la gente. Lo intentó un par de veces más pero se dio por rendido, cambió la coreografía y todos contentos levantando las manitos y cantando giladas con él. “Ahí viene el hit”, avisa y suena Hate say I told you so. El pibe quería ser el rey del rocanrol mundial, todos dejamos que se la creyera.
 

Día 1.

Jugaba Boca, el 152 venía al palo de gente mitad tatuada mitad disfrazada de hincha. Los bondis se tambaleaban, la previa se estaba poniendo buena. Hay que atravesar el micromundo de Puerto Madero para llegar al predio de Costanera Sur. Nos estaba garuando finito, sonaba el último tema de Massacre, esperábamos a Queens of the Stone Age.

20 minutos y salió Josh Homme con una botella blanca, tal vez vodka, quién sabe. Dos horas perfectas. El colorado grandote se acercó al  micrófono y empezó a llover. Antes de contar esta historia hay que resaltar dos sucesos sobresalientes: el bajista Michael Shuman se come el escenario y el nuevo baterista hace un digno papel al reemplazar a Joey Castillo.

Hay viento y hay lluvia. No importa nada. Josh hace ese baile simpático cuando toca la guitarra. Es un galán con la canción de amor Make it wit chu y los grandes éxitos, Go with de flow, Little sister, entre otros.

QOTSA tocó el tema nuevo que estrenó en Brasil, My god is the sun, mientras nos hace esperar por el nuevo disco que terminaron de grabar hace pocas semanas con invitados enormes.

El rey de la oscuridad buena onda tocó rápido. El stoner se hizo sentir en el escenario chico del enorme predio. El bajo era de otro planeta. La batería estuvo bien. Las guitarras afiladas. La voz de Josh está muy bien. Valió la pena la lluvia, el barro, el apretujón.

Terminaron ellos, subió Catupecu Machu. Comahue Rock no se quedó, como el 95% de la gente. Enorme éxodo a las 22hs. Fin.


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El Festival más grande de la historia, que pasó de ese ridículo nombre a ser sólo El festival, nos trató muy mal. A todos nosotros. Los que compramos la entrada hace muchos meses atrás, nos enteramos a pocos días que las remataban a la mitad, acción completamente contraria a la que hace cualquier festival importante del mundo, que prefieren beneficiar con descuentos a los fans decididos y luego ir aumentando a medida que se acerca la fecha.

Eso como primer punto, ahora vayamos con el dos: ¿era necesaria la careteada de la yoga y del salvemos al mundo? NO, no lo era. Punto tres: la cantidad de escenarios dispersos por el embarrado predio hacía bastante complejo que uno pudiera hacerse alguna rutina. Los horarios se superponían, las bandas pequeñas del under argentino tocaban en simultáneo con los que lideraban el festival. ¿Para qué hacerles eso? Muchas pequeñas cosas quedaron por escucharse.





Nota para Comahue Rock con foto de Azcazuri.