31 de agosto de 2014

#EditorialesIndependientes para Los Inrocks: Nulú Bonsai



La idea de Nulú Bonsai surgió diez años atrás cuando Sebastián Goyeneche y Grau Hertt se conocieron a través de un blog de poesía urbana. La admiración devino en una amistad que atrajo a Hertt, –desde su Mar del Plata natal– a Buenos Aires para materializar la editorial cuatro años después.
Su dinámica es como la de los hermanos, a punto de estallar de amor y de odio todo el tiempo. Y ese carácter inminente se entromete en su criterio editorial. Nulú Bonsai es poesía urgente, es poesía hecha en los márgenes de todo, es una proclama de lo opuesto.
Su catálogo (en seis años editaron más de cincuenta libros) pretende a largo plazo formar una familia de autores alternativos. “Cuando encontramos material que nos gusta, apostamos a trabajar la edición con cada uno de los artistas y construir carrera juntos”, dice Hertt. No piensan en un libro, ensayan un compromiso de continuidad, casi de fidelidad.

“Para nosotros esto es ganar o perder. Apostamos a la gente y no a la obra”.


Goyeneche y Hertt son los fundadores y dos de los editores de Nulú Bonsai, poetas ambos, tienen varios libros juntos y separados, pero sólo Goyeneche editó en las dos colecciones de la editorial. Ataque emocional al sistema capitalista es solo de poesía y es la que más títulos tiene. El formato es particular, chico, y realmente de bolsillo: 11 x 14 centímetros.
El de Nulú Bonsai es un catálogo de lectura frenética. Y de factura agil: algunas de las ediciones las mandaron a imprimir a las 48 horas de haber recibido el material. Dice Hertt: “Nos interesa el libro vivo como el estado puro y crudo del artista”. En general, la tirada habitual de sus libros es de solo 200 ejemplares y se apuesta por la reedición. Pija birra faso, de Ioshua, ya lleva 700 ejemplares en la calle. “Para nosotros esto es ganar o perder. Apostamos a la gente y no a la obra”, reafirma Hertt. Su socio, Goyeneche, explica que su propósito es observar al artista –y acompañarlo– en el proceso de convertirse en un mejor autor, en una mejor obra, ser testigo de ese cambio.
La otra colección lleva el nombre de la editorial y tiene un formato más grande : en ella se le da lugar a la narrativa y a las traducciones. Es una línea un poco más adulta pero no menos arriesgada, porque el riesgo siempre es el eje de Nulú Bonsai.

“Cuando encontramos material que nos gusta, apostamos a trabajar la edición con cada uno de los artistas y construir carrera juntos”.


Y así es como se animan a una nueva colección de arte que se llama Umbracle, que hoy tiene sólo un título de Eduardo Coutinho: Cine de conversación y antropología salvaje. Y ahora apuestan por unos tabloides de 13 x 13, de diálogos entre poesías de Hertt y fotografías de distintos artistas convocados.

Inquietos, están a punto de revivir su ciclo de lecturas, música y cine llamado Living Público, aunque con su carácter indeciso esto puede también ser sepultado para siempre: el ritmo vertiginoso de todo lo que hacen es lo que les marca el entusiasmo. Eso sí: de los muchos blogs y materiales que les llegan, solo editan los que los interpelan, lo que no van a conseguir en ningún otro lado que no sea en Nulú Bonsai.

Link a la nota: http://www.losinrocks.com/libros/nulu-bonsai-literatura-urgente#.VANgJGO84QI

#SellosIndependientes para Los Inrocks: Hallo Discos

El sello nació hace dos años, después de que Gastón (Cuttica) trajera la máquina para cortar vinilos”, dice Hernán Literas. Los dos, junto a José D’Agostino, son Hallo Discos, un sello independiente que edita en sus lanzamientos en cassette y vinilo.
“La máquina” editó seis discos durante su vida en Buenos Aires. Hizo La Playa de Los Japón, Muerte a la máquina fantasma de Go-Neko!, El centro del vacío de Bosques, Natzuki de Guazuncho, el disco debut de Bestia Bebé y, el último, El sueño de otro lugar de La Suma de Todos los Tiempos.

La magia de esa máquina les permite copiar lento, de a un disco por vez, mediante un proceso artesanal. Se graban con una máquina de corte directo, que recibe información -tanto de forma analógica como digital. El surco se genera en el disco virgen, se graba más despacio que el tiempo de su reproducción. “En los vinilos de 7’’ podemos cortar 4 minutos por lado y en los de 12’’ podemos cortar 18”, explica Hernán.
La historia de Hallo Discos se remonta al momento en que dieron con la copiadora. “No es que hicimos doble click en un sitio, sino que completamos un formulario y varios meses después el correo nos tocó el timbre con una caja. A la máquina la tuvimos que ir a buscar”, dice Hernán. Y no fue cerca. Les llegó el dato de un que tornero alemán vendía un sistema para copiar vinilos. Se pusieron a investigar con videos, foros, manuales y finalmente se decidieron a comprarla. Hubo dos problemas que enfrentar: primero, ir hasta Alemania; segundo, convencer al anciano de que se las vendiera. Gastón viajó y estuvo dos días en la casa del alemán aprendiendo a usar la máquina. Se la trajo y ahí nació todo.
En el proceso de grabado de los discos, José se encarga de controlar y ajustar audios, Gastón del corte del vinilo y Hernán del packaging. Empezaron por vinilos, siguieron con cassettes y ahora se aventuran en la organización de fechas.

Hasta ahora editamos todo lo que quisimos”, cuentan. “Nos acercamos a las bandas que nos gustan y les presentamos nuestro proyecto. A veces también pasa al revés y para ese proyecto creamos una productora que se llama Kapstan Records”.
Es que además de los vinilos hay cassettes que serán clásicos.  Editaron 300 copias de La Dinastía Scorpio de Él Mató a un Policía Motorizado, y ya les quedan muy pocas. De Horrible, de Suárez, hicieron 100, que se agotaron – eran el Primer Cassette Store Day en 2013– y no las volverán a editar. Este formato les permite copias mucho más rápidas, con menos inversión y más salida, pero la decisión en cuanto a la cantidad se hace dependiendo de cada título y cada proyecto.

Hallo Discos solo edita en estos dos formatos; no proyecta hacerlo en otros y trabaja sobre piezas terminadas. La razón es sensorial: “Nos gusta la calidez que tiene cada formato; tanto el vinilo como el cassette pueden diferir en cuanto a rango dinámico y respuesta en frecuencia, pero logran generar una mayor empatía en la persona que decide tener un objeto tangible y emprender el ritual de poner un disco o cassette. Más allá de la cuestión fetichista, creemos que el vinilo no es sólo la música que contiene el disco, sino más bien es una experiencia”.
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Link a la nota: http://www.losinrocks.com/musica/hallo-discos-la-maquina-de-hacer-vinilos#.VANgf2O84QJ